Dieta atlántica
La dieta atlántica es una “nueva” alternativa de dieta saludable.
Consiste en una alimentación baja en grasas saturadas, rica en fibra y carente de azúcares refinados. La dieta atlántica sigue un modelo similar a la clásica dieta mediterránea, por lo que ambas son igual de beneficiosas.
Los estudios dietéticos realizados señalan que la dieta atlántica posee un enorme valor preventivo contra enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Se cree que influye también en la conducta psicosocial de las personas y que los bebés de madres consumidoras de pescado, tienen un coeficiente intelectual mayor. Esta dieta propone también la práctica diaria de ejercicio físico.
Decálogo de la dieta atlántica
- Alto consumo de pescados (de mar y de río) y mariscos (moluscos y crustáceos); la gran reserva actual natural del Atlántico.
- Consumo de vegetales en abundancia (cereales, patatas y legumbres).
- Consumo elevado de frutas y hortalizas (repollo, berzas, grelos y nabos).
- Uso de aceite de oliva como principal grasa culinaria, especialmente en crudo.
- Consumo diario de productos lácteos. Son excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico, minerales (calcio o fósforo) y vitaminas.
- Consumo de carne pero con moderación.
- Ingesta abundante de líquidos, sobre todo de agua.
- Sencillez en la preparación de los alimentos para mantener la calidad de las materias primas y, por tanto, su valor nutritivo.
- Mantenimiento de los hábitos alimentarios tradicionales atlánticos. Se sabe comer y se disfruta de ello.
- La realización de actividad física todos los días tan importante como comer adecuadamente.
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